martes, 31 de agosto de 2010

Carta a una señorita en París, Julio Cortázar (parte 4)

A las cinco de la mañana (he dormido un poco, tirado en el sofá verde y despertándome a cada carrera afelpada, a cada tintineo) los pongo en el armario y hago la limpieza. Por eso Sara encuentra todo bien aunque a veces le he visto algún asombro contenido, un quedarse mirando un objeto, una leve decoloración en la alfombra y de nuevo el deseo de preguntarme algo, pero yo silbando las variaciones sinfónicas de Franck, de manera que nones. Para qué contarle, Andrée, las minucias desventuradas de ese amanecer sordo y vegetal, en que camino entredormido levantando cabos de trébol, hojas sueltas, pelusas blancas, dándome contra los muebles, loco de sueño, y mi Gide que se atrasa, Troyat que no he traducido, y mis respuestas a una señora lejana que estará preguntándose ya si... para qué seguir todo esto, para qué seguir esta carta que escribo entre teléfonos y entrevistas.

Andrée, querida Andrée, mi consuelo es que son diez y ya no más. Hace quince días contuve en la palma de la mano un último conejito, después nada, solamente los diez conmigo, su diurna noche y creciendo, ya feos y naciéndoles el pelo largo, ya adolescentes y llenos de urgencias y caprichos, saltando sobre el busto de Antinoo (¿es Antinoo, verdad, ese muchacho que mira ciegamente?) o perdiéndose en el living, donde sus movimientos crean ruidos resonantes, tanto que de allí debo echarlos por miedo a que los oiga Sara y se me aparezca horripilada, tal vez en camisón -porque Sara ha de ser así, con camisón- y entonces... Solamente diez, piense usted esa pequeña alegría que tengo en medio de todo, la creciente calma con que franqueo de vuelta los rígidos cielos del primero y el segundo piso.

Interrumpí esta carta porque debía asistir a una tarea de comisiones. La continúo aquí en su casa, Andrée, bajo una sorda grisalla de amanecer. ¿Es de veras el día siguiente, Andrée? Un trozo en blanco de la página será para usted el intervalo, apenas el puente que une mi letra de ayer a mi letra de hoy. Decirle que en ese intervalo todo se ha roto, donde mira usted el puente fácil oigo yo quebrarse la cintura furiosa del agua, para mí este lado del papel, este lado de mi carta no continúa la calma con que venía yo escribiéndole cuando la dejé para asistir a una tarea de comisiones. En su cúbica noche sin tristeza duermen once conejitos; acaso ahora mismo, pero no, no ahora. En el ascensor, luego, o al entrar; ya no importa dónde, si el cuándo es ahora, si puede ser en cualquier ahora de los que me quedan.

Basta ya, he escrito esto porque me importa probarle que no fui tan culpable en el destrozo insalvable de su casa. Dejaré esta carta esperándola, sería sórdido que el correo se la entregara alguna clara mañana de París. Anoche di vuelta los libros del segundo estante, alcanzaban ya a ellos, parándose o saltando, royeron los lomos para afilarse los dientes -no por hambre, tienen todo el trébol que les compro y almaceno en los cajones del escritorio. Rompieron las cortinas, las telas de los sillones, el borde del autorretrato de Augusto Torres, llenaron de pelos la alfombra y también gritaron, estuvieron en círculo bajo la luz de la lámpara, en círculo y como adorándome, y de pronto gritaban, gritaban como yo no creo que griten los conejos.

He querido en vano sacar los pelos que estropean la alfombra, alisar el borde de la tela roída, encerrarlos de nuevo en el armario. El día sube, tal vez Sara se levante pronto. Es casi extraño que no me importe verlos brincar en busca de juguetes. No tuve tanta culpa, usted verá cuando llegue que muchos de los destrozos están bien reparados con el cemento que compré en una casa inglesa, yo hice lo que pude para evitarle un enojo... En cuanto a mí, del diez al once hay como un hueco insuperable. Usted ve: diez estaba bien, con un armario, trébol y esperanza, cuántas cosas pueden construirse. No ya con once, porque decir once es seguramente doce, Andrée, doce que serán trece. Entonces está el amanecer y una fría soledad en la que caben la alegría, los recuerdos, usted y acaso tantos más. Está este balcón sobre Suipacha lleno de alba, los primeros sonidos de la ciudad. No creo que les sea difícil juntar once conejitos salpicados sobre los adoquines, tal vez ni se fijen en ellos, atareados con el otro cuerpo que conviene llevarse pronto, antes de que pasen los primeros colegiales.



El que leyó el cuento tiene un premio (?)

Carta a una señorita en París, Julio Cortázar (parte 3)

De día duermen. Hay diez. De día duermen. Con la puerta cerrada, el armario es una noche diurna solamente para ellos, allí duermen su noche con sosegada obediencia. Me llevo las llaves del dormitorio al partir a mi empleo. Sara debe creer que desconfío de su honradez y me mira dubitativa, se le ve todas las mañanas que está por decirme algo, pero al final se calla y yo estoy tan contento. (Cuando arregla el dormitorio, de nueve a diez, hago ruido en el salón, pongo un disco de Benny Carter que ocupa toda la atmósfera, y como Sara es también amiga de saetas y pasodobles, el armario parece silencioso y acaso lo esté, porque para los conejitos transcurre ya la noche y el descanso.)

Su día principia a esa hora que sigue a la cena, cuando Sara se lleva la bandeja con un menudo tintinear de tenacillas de azúcar, me desea buenas noches -sí, me las desea, Andrée, lo más amargo es que me desea las buenas noches- y se encierra en su cuarto y de pronto estoy yo solo, solo con el armario condenado, solo con mi deber y mi tristeza.

Los dejo salir, lanzarse ágiles al asalto del salón, oliendo vivaces el trébol que ocultaban mis bolsillos y ahora hace en la alfombra efímeras puntillas que ellos alteran, remueven, acaban en un momento. Comen bien, callados y correctos, hasta ese instante nada tengo que decir, los miro solamente desde el sofá, con un libro inútil en la mano -yo que quería leerme todos sus Giraudoux, Andrée, y la historia argentina de López que tiene usted en el anaquel más bajo-; y se comen el trébol.

Son diez. Casi todos blancos. Alzan la tibia cabeza hacia las lámparas del salón, los tres soles inmóviles de su día, ellos que aman la luz porque su noche no tiene luna ni estrellas ni faroles. Miran su triple sol y están contentos. Así es que saltan por la alfombra, a las sillas, diez manchas livianas se trasladan como una moviente constelación de una parte a otra, mientras yo quisiera verlos quietos, verlos a mis pies y quietos -un poco el sueño de todo dios, Andrée, el sueño nunca cumplido de los dioses-, no así insinuándose detrás del retrato de Miguel de Unamuno, en torno al jarrón verde claro, por la negra cavidad del escritorio, siempre menos de diez, siempre seis u ocho y yo preguntándome dónde andarán los dos que faltan, y si Sara se levantara por cualquier cosa, y la presidencia de Rivadavia que yo quería leer en la historia de López.

No sé cómo resisto, Andrée. Usted recuerda que vine a descansar a su casa. No es culpa mía si de cuando en cuando vomito un conejito, si esta mudanza me alteró también por dentro -no es nominalismo, no es magia, solamente que las cosas no se pueden variar así de pronto, a veces las cosas viran brutalmente y cuando usted esperaba la bofetada a la derecha-. Así, Andrée, o de otro modo, pero siempre así.

Le escribo de noche. Son las tres de la tarde, pero le escribo en la noche de ellos. De día duermen ¡Qué alivio esta oficina cubierta de gritos, órdenes, máquinas Royal, vicepresidentes y mimeógrafos! Qué alivio, qué paz, qué horror, Andrée! Ahora me llaman por teléfono, son los amigos que se inquietan por mis noches recoletas, es Luis que me invita a caminar o Jorge que me guarda un concierto. Casi no me atrevo a decirles que no, invento prolongadas e ineficaces historias de mala salud, de traducciones atrasadas, de evasión Y cuando regreso y subo en el ascensor ese tramo, entre el primero y segundo piso me formulo noche a noche irremediablemente la vana esperanza de que no sea verdad.

Hago lo que puedo para que no destrocen sus cosas. Han roído un poco los libros del anaquel más bajo, usted los encontrará disimulados para que Sara no se dé cuenta. ¿Quería usted mucho su lámpara con el vientre de porcelana lleno de mariposas y caballeros antiguos? El trizado apenas se advierte, toda la noche trabajé con un cemento especial que me vendieron en una casa inglesa -usted sabe que las casas inglesas tienen los mejores cementos- y ahora me quedo al lado para que ninguno la alcance otra vez con las patas (es casi hermoso ver cómo les gusta pararse, nostalgia de lo humano distante, quizá imitación de su dios ambulando y mirándolos hosco; además usted habrá advertido -en su infancia, quizá- que se puede dejar a un conejito en penitencia contra la pared, parado, las patitas apoyadas y muy quieto horas y horas).

Carta a una señorita en París, Julio Cortázar (parte 2)

Entre el primero y segundo piso, Andrée, como un anuncio de lo que sería mi vida en su casa, supe que iba a vomitar un conejito. En seguida tuve miedo (¿o era extrañeza? No, miedo de la misma extrañeza, acaso) porque antes de dejar mi casa, sólo dos días antes, había vomitado un conejito y estaba seguro por un mes, por cinco semanas, tal vez seis con un poco de suerte. Mire usted, yo tenía perfectamente resuelto el problema de los conejitos. Sembraba trébol en el balcón de mi otra casa, vomitaba un conejito, lo ponía en el trébol y al cabo de un mes, cuando sospechaba que de un momento a otro... entonces regalaba el conejo ya crecido a la señora de Molina, que creía en un hobby y se callaba. Ya en otra maceta venía creciendo un trébol tierno y propicio, yo aguardaba sin preocupación la mañana en que la cosquilla de una pelusa subiendo me cerraba la garganta, y el nuevo conejito repetía desde esa hora la vida y las costumbres del anterior. Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir. No era tan terrible vomitar conejitos una vez que se había entrado en el ciclo invariable, en el método. Usted querrá saber por qué todo ese trabajo, por qué todo ese trébol y la señora de Molina. Hubiera sido preferible matar en seguida al conejito y... Ah, tendría usted que vomitar tan sólo uno, tomarlo con dos dedos y ponérselo en la mano abierta, adherido aún a usted por el acto mismo, por el aura inefable de su proximidad apenas rota. Un mes distancia tanto; un mes es tamaño, largos pelos, saltos, ojos salvajes, diferencia absoluta Andrée, un mes es un conejo, hace de veras a un conejo; pero el minuto inicial, cuando el copo tibio y bullente encubre una presencia inajenable... Como un poema en los primeros minutos, el fruto de una noche de Idumea: tan de uno que uno mismo... y después tan no uno, tan aislado y distante en su llano mundo blanco tamaño carta.

Me decidí, con todo, a matar el conejito apenas naciera. Yo viviría cuatro meses en su casa: cuatro -quizá, con suerte, tres- cucharadas de alcohol en el hocico. (¿Sabe usted que la misericordia permite matar instantáneamente a un conejito dándole a beber una cucharada de alcohol? Su carne sabe luego mejor, dicen, aunque yo... Tres o cuatro cucharadas de alcohol, luego el cuarto de baño o un piquete sumándose a los desechos.)

Al cruzar el tercer piso el conejito se movía en mi mano abierta. Sara esperaba arriba, para ayudarme a entrar las valijas... ¿Cómo explicarle que un capricho, una tienda de animales? Envolví el conejito en mi pañuelo, lo puse en el bolsillo del sobretodo dejando el sobretodo suelto para no oprimirlo. Apenas se movía. Su menuda conciencia debía estarle revelando hechos importantes: que la vida es un movimiento hacia arriba con un clic final, y que es también un cielo bajo, blanco, envolvente y oliendo a lavanda, en el fondo de un pozo tibio.

Sara no vio nada, la fascinaba demasiado el arduo problema de ajustar su sentido del orden a mi valija-ropero, mis papeles y mi displicencia ante sus elaboradas explicaciones donde abunda la expresión «por ejemplo». Apenas pude me encerré en el baño; matarlo ahora. Una fina zona de calor rodeaba el pañuelo, el conejito era blanquísimo y creo que más lindo que los otros. No me miraba, solamente bullía y estaba contento, lo que era el más horrible modo de mirarme. Lo encerré en el botiquín vacío y me volví para desempacar, desorientado pero no infeliz, no culpable, no jabonándome las manos para quitarles una última convulsión.

Comprendí que no podía matarlo. Pero esa misma noche vomité un conejito negro. Y dos días después uno blanco. Y a la cuarta noche un conejito gris.

Usted ha de amar el bello armario de su dormitorio, con la gran puerta que se abre generosa, las tablas vacías a la espera de mi ropa. Ahora los tengo ahí. Ahí dentro. Verdad que parece imposible; ni Sara lo creería. Porque Sara nada sospecha, y el que no sospeche nada procede de mi horrible tarea, una tarea que se lleva mis días y mis noches en un solo golpe de rastrillo y me va calcinando por dentro y endureciendo como esa estrella de mar que ha puesto usted sobre la bañera y que a cada baño parece llenarle a uno el cuerpo de sal y azotes de sol y grandes rumores de la profundidad.

sábado, 28 de agosto de 2010

Carta a una señorita en París, Julio Cortázar (parte 1)

Como ya ha sucedido otras veces (?) pondré un cuento, por partes porque es muy largo. Wen igual me cago porque nadie lo va a leer ajaja pero lo pongo porque se me da la regalada gana e.e después pongo las otras partes.


Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No tanto por los conejitos, más bien porque me duele ingresar en un orden cerrado, construido ya hasta en las más finas mallas del aire, esas que en su casa preservan la música de la lavanda, el aletear de un cisne con polvos, el juego del violín y la viola en el cuarteto de Rará. Me es amargo entrar en un ámbito donde alguien que vive bellamente lo ha dispuesto todo como una reiteración visible de su alma, aquí los libros (de un lado en español, del otro en francés e inglés), allí los almohadones verdes, en este preciso sitio de la mesita el cenicero de cristal que parece el corte de una pompa de jabón, y siempre un perfume, un sonido, un crecer de plantas, una fotografía del amigo muerto, ritual de bandejas con té y tenacillas de azúcar... Ah, querida Andrée, qué difícil oponerse, aun aceptándolo con entera sumisión del propio ser, al orden minucioso que una mujer instaura en su liviana residencia. Cuán culpable tomar una tacita de metal y ponerla al otro extremo de la mesa, ponerla allí simplemente porque uno ha traído sus diccionarios ingleses y es de este lado, al alcance de la mano, donde habrán de estar. Mover esa tacita vale por un horrible rojo inesperado en medio de una modulación de Ozenfant, como si de golpe las cuerdas de todos los contrabajos se rompieran al mismo tiempo con el mismo espantoso chicotazo en el instante más callado de una sinfonía de Mozart. Mover esa tacita altera el juego de relaciones de toda la casa, de cada objeto con otro, de cada momento de su alma con el alma entera de la casa y su habitante lejana. Y yo no puedo acercar los dedos a un libro, ceñir apenas el cono de luz de una lámpara, destapar la caja de música, sin que un sentimiento de ultraje y desafio me pase por los ojos como un bando de gorriones.

Usted sabe por qué vine a su casa, a su quieto salón solicitado de mediodía. Todo parece tan natural, como siempre que no se sabe la verdad. Usted se ha ido a París, yo me quedé con el departamento de la calle Suipacha, elaboramos un simple y satisfactorio plan de mutua convivencia hasta que septiembre la traiga de nuevo a Buenos Aires y me lance a mí a alguna otra casa donde quizá... Pero no le escribo por eso, esta carta se la envío a causa de los conejitos, me parece justo enterarla; y porque me gusta escribir cartas, y tal vez porque llueve.

Me mudé el jueves pasado, a las cinco de la tarde, entre niebla y hastío. He cerrado tantas maletas en mi vida, me he pasado tantas horas haciendo equipajes que no llevaban a ninguna parte, que el jueves fue un día lleno de sombras y correas, porque cuando yo veo las correas de las valijas es como si viera sombras, elementos de un látigo que me azota indirectamente, de la manera más sutil y más horrible. Pero hice las maletas, avisé a la mucama que vendría a instalarme, y subí en el ascensor. Justo entre el primero y segundo piso sentí que iba a vomitar un conejito. Nunca se lo había explicado antes, no crea que por deslealtad, pero naturalmente uno no va a ponerse a explicarle a la gente que de cuando en cuando vomita un conejito. Como siempre me ha sucedido estando a solas, guardaba el hecho igual que se guardan tantas constancias de lo que acaece (o hace uno acaecer) en la privacía total. No me lo reproche, Andrée, no me lo reproche. De cuando en cuando me ocurre vomitar un conejito. No es razón para no vivir en cualquier casa, no es razón para que uno tenga que avergonzarse y estar aislado y andar callándose.

Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejilo de chocolate pero blanco y enteramente un conejito. Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel, moviéndolo con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel de una mano. Busca de comer y entonces yo (hablo de cuando esto ocurría en mi casa de las afueras) lo saco conmigo al balcón y lo pongo en la gran maceta donde crece el trébol que a propósito he sembrado. El conejito alza del todo sus orejas, envuelve un trébol tierno con un veloz molinete del hocico, y yo sé que puedo dejarlo e irme, continuar por un tiempo una vida no distinta a la de tantos que compran sus conejos en las granjas.

jueves, 26 de agosto de 2010

fakslbfksdbvbdsvbfhd ♥ No voy a escribir nada más e.e

martes, 24 de agosto de 2010

Te rompo todo (?)

WTF

Hace un par de días, o semanas creo ajaja (no tengo muy buena memoria), estaba en mi Fotolog pelotudeando, cuando en el anuncio de la parte superior de la página veo algo extraño e_e para ser más clara dije "qué mierda es esto? ._.". Decidí tomar un screen de la página:



Lo sé, vos también pensás qué carajos es eso. Bueno, pasé el puntero por encima del anuncio y aparecía una mano, así que decidí hacerle caso a la leyenda y le levanté los calzones (?). Como podemos ver en el siguiente screen:


Al principio pensé "y qué mierda quiere decir esto?" osea, no aparecía ninguna marca o algo en el anuncio; es decir, no parecía una propaganda. Entonces hice click, y he aquí la página a la que me llevó: http://ar.vibramovil.com/ws/acpsp=54958&t=72858
(Estuve como media hora buscando el enlace porque no me acordaba dónde lo había guardado ajajaja)
Si quieren entrar al link entren, no pasa nada extraño; igualmente lo voy a contar a continuación e.e. Cuando entré dije "ja, cosa de villeros (?)", y lo cerré a la mierda jajajaja. A lo que voy con toda esta historia, a pesar de que yo me ría y diga pavadas, es a pensar a dónde estamos llendo la sociedad (se hacía la seria e_e). Osea, qué clase de publicidad es esta, donde según creo yo incita al despertar de la sexualidad, pero en mal sentido; hasta podría llegar a decir que provoca a un atrevimiento mayor sobre todo en los jóvenes que son tan susceptibles.
No creo que esté mal que a una persona le guste el sexo, o cosas por el estilo; pero no tenemos que perder la inocencia de los jóvenes, y con esto no me refiero a que no se den clases sobre sexualidad en los colegios por ejemplo. Me refiero a las acciones que uno puede cometer a partir de esto. En fin, propaganda chota (?).

lunes, 23 de agosto de 2010

Canción de la semana




Let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
Beaten why for
can't take much more
One - nothing wrong with me
two - nothing wrong with me
three - nothing wrong with me
four - nothing wrong with me
one - something's got to give
two - something's got to give
three - something's got to give
now
Let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
Push me again
this is the end
one - nothing wrong with me
two - nothing wrong with me
three - nothing wrong with me
four - nothing wrong with me
one - something's got to give
two - something's got to give
three - something's got to give
now
Let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
Skin against skin blood and bone
you're all by yourself but you're not alone
you wanted in now you're here
driven by hate, consumed by fear
Let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor
let the bodies hit the floor.


Y sigue así (?)

domingo, 22 de agosto de 2010

Baila como si nadie mirase, vive como si fueras a morir mañana y ama como si jamás fuera a doler.
dkahdkjshfsjkbfsdjkf♥

jueves, 19 de agosto de 2010

Aire

Hice todo lo posible por seguir,
cambie el color de mis ojos por marfil,
acostumbrado a mentir
acostumbrado a reír
Van mil días que no sé lo que decir
sin ideas de Buenos Aires a Junín
oyendo letras de folk
leyendo un libro de amor
te busqué pues cada vez que te encontré
y en tus ojos no ví brillos como aquellos
El show en "El Tinto Bar"
cuando me viste cantar.
Y el verano trajo luces sobre el mar
y entendí que hay mil maneras de dar,
aunque no te haya hecho bien
a mi manera te amé.
No soy el tipo que parezco ser
no soy el tipo que tú crees ver
se que no es fácil para mí ser yo.
No hay una sola razón para sufrir
las cosas siguen su curso como el Rin
el río no tiene fin
sigue su vida en el mar
y hoy estás radiante como Nueva York
y yo estoy pensando en otro lugar
No tengo nada que hacer
esto no da para más
no tengo nada que hacer
esto no da para más
esto no da para más.

Otro jueves cobarde

Otra tarde como las demás
sin amores rotos de casualidad
otro jueves de esos que no se dejan besar.
No eran las esquirlas del rencor,
eran telarañas en el corazón
un adiós con pestañas
un desamor sin amor.
Hoy que no me encuentro la nariz.
Hoy que no me banco ser feliz
no le pongas miel a la verdad,
que si ando muerto es de tanto resucitar.

Otra tarde que no arde, esta tarde sin pasado mañana.
Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas.
Otro jueves que no sabe bajarse ni los pantalones.
Otro jueves que anda dando lástima por los rincones
de esta tarde en coma 2.

Otro jueves como los demás
demasiado martes,
demasiado igual.
Ni te declaro la guerra ni tú me firmas la paz.
Y el planeta baila su gangrena,
y otra vez volvieron a embarrar la fiesta
los idiotas en celo
y las sopranos con tos.
Y hoy me quedo mudo para oír lo que nunca te supe decir.
No perfumes tanto la verdad
que hasta a los muertos nos cansa resucitar.

Otra tarde que no arde, esta tarde sin pasado mañana.
Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas.
Otro jueves que no sabe abrocharse ni los pantalones.
Otro jueves que anda dando lástima por los rincones
de esta tarde en FA menor.
Y hoy que no me encuentro la nariz.
Hoy que no me sale ni dormir,
no maquilles tanto la verdad
que hasta a los muertos nos excita resucitar.

Otra tarde que no arde, esta tarde sin pasado mañana.
Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas.
Otro jueves que no sabe bajarse ni los pantalones.
Otro jueves que regala lástima por los rincones
de esta resaca sin vos.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Si el amor se cae, todo alrededor se cae.
Él no está, él se fue, él se escapa de mi vida y tú que si estás, preguntas por qué lo amo a pesar de las heridas. Lo ocupa todo su recuerdo no consigo olvidar el peso de su cuerpo. Él no está, eso lo sé y no lo encontraré en tu piel; es enfermizo, sabes que no quisiera besarte a ti pensando en él. Esta noche inventaré una tregua, ya no quiero pensar más, contigo olvidaré su ausencia.
Y si te como a besos, tal vez la noche sea mas corta, no lo sé. Yo sola no me basto, quedate y llename su espacio, quedate. Él se fue, no dijo adiós dejando rota mi pasión, él quizá ya me olvidó y otra rozo su corazón. Y yo solo se decir su nombre, no recuerdo ni siquiera el mío. ¿Quién me abrigará este frío?.
Y si te como a besos, tal vez la noche sea mas corta, no lo sé. Yo sola no me basto, quedate y llename su espacio, quedate, quedate. Puede ser difícil para ti pero no puedo olvidarlo. Creo que es lógico, por mas que yo intente escaparme... él está.
Unas horas jugaré a quererte pero cuando vuelva a amanecer, me perderás para siempre. Y si te como a besos sabrás lo mucho que me duele este dolor, no encontraré en tu abrazo el sabor de los sueños que él me robó. Si me enredo en tu cuerpo sabrás que solo él es dueño de mi amor, no encontraré en tu abrazo el sabor de los besos que él me robó, me robó.

lunes, 16 de agosto de 2010

Canción de la semana




Dame la fuerza para seguir, amigo
dame la fuerza para alcanzar tu mano
Dame la fuerza para seguir, amor
dame la fuerza para seguir
que solo no puedo
Que triste es vivir sin intentar
que triste es morir sin haber amado
Dame la fuerza para llegar señor
dame la fuerza para llegar bien alto
Me doy fuerzas para reír
tengo la fuerza para seguir,
así no me muero
Buscando señales que muestren
donde hay felicidad
se pierde la gente sin encontrar felicidad
Que triste es vivir sin intentar
que triste es morir sin haber amado
Que triste es vivir sin despertar,
que triste es morir sin haber calmado tu sed
Buscando señales que muestren
donde hay felicidad
se pierde la gente sin encontrar felicidad
tristes, tristes
Bondad vulnerable resiste
dejándose castigar de pie
siguiendo el consejo que dice
Desde abajo se puede crecer
Se pierde la gente sin encontrar
felicidad
Buscando señales que muestren
donde hay felicidad
se pierde la gente sin encontrar
felicidad
siguiendo señales, tentado a perder
y aun vencido no renunciar
y aquellos que nunca den nada a cambio
jamás encontraran, felicidad
Tristes.

viernes, 13 de agosto de 2010

All the lonely people
Where do they all come from ?
All the lonely people
Where do they all belong ?

jueves, 12 de agosto de 2010

Ojalá supiese andar mas abrigado de tu olvido, siempre que te nombran.
Ojalá pudiera ir a chapotear en otros besos, lejos de tu boca.
Pero resulta que soy torpe para entender,

como un caballo de ajedrez gastado
salto entre las sombras vuelvo mas piantado.

Ojalá me atreva a ser mas asesino de mis sueños para no soñarte.
Ojalá pueda poner en penitencia mi paciencia, para no esperarte.
Pero resulta que soy lerdo para mover

como un caballo de ajedrez chiflado,
salto sin saltarte, vuelvo tiroteado.

Algunas noche te pierdo
algunas mañanas te vuelvo a empatar.
Algunos errores son deliciosos...
no le tengas miedo linda,
a un sapo de otro pozo.
Algunas noches me enfermo
algunas mañanas te vuelvo a sangrar.
Algunos errores son deliciosos...
no le tengas miedo hermosa,
a un sapo de otro pozo.

Ojalá que aprenda a ser mas elegante en mi derrota cuando mas te piense.
Ojalá me salga ser mas testarudo con mi orgullo cuando mas te alejes.

Pero resulta que estoy viejo para crecer
y como un caballo de ajedrez pifiado,
salto mis miserias, vuelvo a ningún lado.

Algunas noches te pierdo
algunas mañanas te vuelvo a empatar.
Algunos errores son deliciosos...
no le tengas miedo linda,
a un sapo de otro pozo.
Algunas noches te entierro
algunas mañanas te vuelvo a soñar.
Algunos errores son deliciosos...
no le tengas miedo hermosa,
a un sapo de otro pozo.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Cuando hay libertad todo lo demás sobra.
José de San Martín

martes, 10 de agosto de 2010

Cerré los ojos y le dije "si", pensé varias veces en cuál sería mi respuesta, estaba un poco insegura por eso cerré los ojos. Luego respiré hondo, temblé, pensé miles de cosas, pensé cómo sería a partir de mi respuesta; y por qué, aunque no estaba segura, dije si.

lunes, 9 de agosto de 2010

Canción de la semana

Igual creo que nadie jamás escucho alguna puta canción de las que elegí xD



Life is but a dream,
drifting on a stream, a stream,
consciously it seems,
all of what remains,
ego brain,
and they shame,
shame, love after it rains,
you see my pain is real,
watch my world dissolve,
and pretend that none of us see the fall,
as i turn to sand,
you took me by the hand,
and declared, that love prevails over all.
i am just a man,
fighting other men,
for land, for land,
while i turn to sand,
in spite of the pain,
ego brain,
and they shame,
shame, love after it rains,
you see my pain is real,
watch my world dissolve,
and pretend that none of us see the fall,
as i turn to sand,
you took me by the hand,
and declared, that love prevails over all.
all of what remains,
ego brain,
and they shame,
shame, love after it rains,
you see my pain is real,
watch my world dissolve,
and pretend that none of us see the fall,
as i turn to sand,
you took me by the hand,
and declared, that love prevails over all.
Me pongo tan contenta cuando alguien comenta algo en mi blog jajaja en serio, aunque parezca estúpido te hace sentir como que alguien valora o le da un poco de importancia, un poco de atención a lo que uno quiere decir. Y pensar que hay blogs donde comentan cientos de personas e_e en fin, ni tengo tiempo de poner muchas cosas en el blog ya. En las vacaciones si que tenía tiempo, era lo mejor, todo el tiempo se me ocurría algo qué poner; igual también tiene que ver con mi estado de ánimo en las vacaciones. Bueno basta, ya vendrán las vacaciones y se acabarán estos días de locura (?).

jueves, 5 de agosto de 2010

La vida endureció al tonto corazón, llenándolo de espinas de valor.
Me encanta el video, es demasiado extraño e.e JAJA


lunes, 2 de agosto de 2010

Esas cosas pasan, cuando uno es pelotudo

No te sientas mal por no leerlo, no espero que nadie lo lea.

Okokokokokokok e.e nunca digo ok, solo cuando estoy enojada; comentaré mi día, cosa que tampoco nunca hago pero no sé, quiero hablar con alguien (?).
Hoy, lunes, no empecé las clases por suerte ya que se rinden previas. En fin, tenía que bañarme e ir a inglés particular y después de inglés iba a ir a la plaza e.e porque extrañaba mucho a alguien y adassadsa(?). Bueno terminé de almorzar tipo a las 2, encima me levanté re tarde ajajaja. Me puse a hacer la tarea de inglés primero en la cama pero se me durmió la pierna ajaja, así que vine y me senté en la computadora y de paso usé el traductor porque había algunas palabras extrañas. Y de repente, me hablan por msn, y ¿quién era? era Luiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis boe. Un amigo que lo extraño posta porque se mudó a la loma del orto y no lo veo nunca jamás en la vida y nunca se conecta y nunca nada. En fin, estábamos hablando y mientras yo terminaba mi tarea de inglés. Terminé mi tarea y eran 15:22, y tenía que salir 15:45 a inglés, y todavía no me había bañado entonces me fui apuradísima a bañarme. Me bañé rapidísimo, me cambié más rápido aún; tan rápido que solo me puse una remera manga larga y una manga corta, un jean y mis botas porque así no perdía tiempo atandome los cordones (? y además así estaba más bonita para cuando iba a la plaza e.e, y me puse mi tapado, un gorro porque tenía el pelo mojado y listo. Puse un par de cosas adentro de la mochila como para después arreglarme un poco (?) y me fui corriendo, pero corriendo posta ajajaja.
Bueno, fui a inglés bla bla bla, hicimos cosas de inglés (?) y por fin me fui e.e. Pasé por el kiosco piola de la esquina y me compré unas papas fritas ♥ y quería un juguito pero no tenían los malditos, así que me compré una pequeña chocolatada. Fue difícilisimo ponerle la bombilla a la cajita de mierda, no se rompía el papelito de metal, así que con mi ingenio e.e lo rompí con un alfiler de gancho JAJA; igual estuve como media hora para que pase la bombilla. En fin, esperé el colectivo mientras tomaba mi chocolatada, lo tomé y llegué re puntual a la plaza e.e. Me senté en la parada a esperar al sujeto, y comí mis papas fritas y esperé, y esperé, y esperé. Y esperé, boe seguía. Y yo veía que pasaban los colectivos de la línea donde debería venir el sujeto, y cada vez que venía un colectivo pensaba "en este debe venir :3" y cuando veía que no bajaba del colectivo, me desilucionaba un poco, lo admito. Y cada vez que pasaba uno pensaba "si no viene en el próximo, le mando un mensaje"; después ya pensé que tal vez se había quedado dormido el sujeto, o lo había chocado un caballo o algo (?. Al cabo de media hora, decidí mandarle un msj al sujeto; osea, me estaba cagando un poco de frío. Fui hasta un kiosco y había un chino comprando un chip de celular (?), y bueno compré una tarjeta y unos pañuelitos descartables JAJA. Le mandé un mensaje al sujeto que decía "donde estás?" y seguí escuchando música con mis auriculares, y al ratito me llegó un mensaje donde el sujeto me informaba que no podía asistir a la reunión (?) porque su tía se descompuso. Obviamente me enojé, y le contesté diciendo que no me molestaba si me avisaba antes. Ese mensaje no fue contestado. Inmediatamente me levanté de golpe de mi asiento en la parada y me fui, y la gente que estaba ahi me miró ajajaja. Me fui rápido a tomar el colectivo mientras escuchaba Twisted transistor ajajaja. Gracias a Dios, o tal vez Satanás (? justo venía el colectivo e.e, asi que lo tomé y por suerte venía vacío, me senté en el fondo y fui a mi casita. Llegué y bueno, hablé un poco con el sujeto a través de mi computadora e.e y al final me desenojé un poco, pero adsadsadsad después el sujeto dijo cosas que onda me hicieron sentir un poco mal u.u en fin, sujeto malo (?) ah por qué. Hasta ahora haciendo un balance, digamos que es un día de mierda. Pero todavía no ha terminado e.e.

Ya me siento mas desahogada, bueno chau, si al final termina bien, les aviso (?)

Canción de la semana

Aunque a Tavo no le guste esta canción, a mi me gusta (?).



Twenty-five years and my life is still
Trying to get up that great big hill of hope
For a destination
And I realized quickly when I knew I should
That the world was made up of this brotherhood of man
For whatever that means
And so I cry sometimes
When I'm lying in bed
Just to get it all out
What's in my head
And I am feeling a little peculiar
And so I wake in the morning
And I step outside
And I take a deep breath and I get real high
And I scream at the top of my lungs
What's going on?
And I say, hey hey hey hey
I said hey, what's going on?
ooh, ooh ooh
and I try, oh my god do I try
I try all the time, in this institution
And I pray, oh my god do I pray
I pray every single day
For a revolution
And so I cry sometimes
When I'm lying in bed
Just to get it all out
What's in my head
And I am feeling a little peculiar
And so I wake in the morning
And I step outside
And I take a deep breath and I get real high
And I scream at the top of my lungs
What's going on?
And I say, hey hey hey hey
I said hey, what's going on?
Twenty-five years and my life is still
Trying to get up that great big hill of hope
For a destination.

domingo, 1 de agosto de 2010

Que quiere la suerte
que anda por mi casa
para recordarme que tengo una deuda
que no se le escapa.

Ya me tiene preso,
que más esperaba
si me regaló tu perfume y tus besos
a cambio de nada.

Tal vez
me robará los pétalos del corazón
la frase más certera en mi mejor canción
la fé, la madrugada y la fascinación.

Tal vez
se llevará por siempre la pasión de abril,
la llave de los sueños que guardaba en mi,
a cambio de tu amor podría hasta morir.

Que quiere la suerte
que anda por mi casa
hay algo que quiso decirme al oído
y no se animaba.

Ya me puso el precio,
ya sacó su espada
pretende cobrarme que puso en mis besos
la piel de tu espalda.

Tal vez
me robará los pétalos del corazón
la frase más certera en mi mejor canción
la fé, la madrugada y la fascinación.

Tal vez
se llevará por siempre la pasión de abril,
la llave de los sueños que guardaba en mi,
a cambio de tu amor podría hasta morir.